A nivel psicológico nos consta que la relación de pareja puede constituirse tanto en una fuente de salud y bienestar como en origen de conflictos y malestar. Son muchas las teorías e hipótesis que intentan revelar las bases de los conflictos propios de una relación de pareja. Desde la orientación cognitivo conductual se perfilan las siguientes premisas:
- Un reducido intercambio de gratificaciones (en todas sus formas de expresión: material, verbal, expresiones físicas de afecto, dedicación de tiempo, … ) explica la aparición de malestar e insatisfacción dentro de la pareja. Se dan casos en los que sí existe un intercambio de gratificaciones pero no de forma recíproca entre ambos.
- La insatisfacción de la pareja es reflejo también muchas veces de pensamientos e interpretaciones erróneas y globales sobre el comportamiento, las actitudes y las intenciones del otro miembro. Creer saber lo que el otro piensa o adivinar el futuro, así como otro tipo de interpretaciones carentes de sentido u objetividad, hace que ambos actúen bajo la influencia de sus interpretaciones y no de la realidad.
- Una capacidad reducida para resolver problemas y conseguir cambios deseados en el otro miembro de la pareja. Las discusiones cada vez más negativas terminan por hacer que la comprensión del uno hacia el otro desaparezca, así como la pérdida de apoyo entre ambos.
- La atención continua y selectiva hacia los aspectos negativos del otro son fuente de insatisfacción importante, pues se centran en estos aspectos y los positivos pasan desapercibidos.
- Las expectativas negativas que la pareja genera sobre el otro con respecto a sus cambios, e incluso a una personalidad estable e invariable, no cambiante, terminan por perder todo tipo de ilusión o motivación hacia un cambio.