Los niños suelen presentar un ritmo importante de actividad que es complicado seguir por los adultos de su alrededor, principalmente en los primeros años de su vida. Los vemos correr, saltar, jugar, mostrándose especialmente excitados en ocasiones y otras veces más tranquilos.
Un pequeño porcentaje de niños (entre el 3 y el 5%) son más activos e inquietos que el resto. Encuentran mayores dificultades para concentrarse, se muestran despistados en el colegio o no siguen las instrucciones que se les da. Probablemente estos niños padezcan lo que se conoce con el nombre de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), pudiendo predominar las dificultades de atención o las relacionadas con un exceso de actividad, siendo más común que se presenten de forma combinada.